Un giro de 180°, literal.
Es un piso interior a un patio de manzana ajardinado, con mucha luz natural en esa zona, donde había un dormitorio y el salón, pero el otro lado de la vivienda, donde estaba la cocina, era muy sombrío por la cantidad de tabiquería que había. Así que la propuesta consistió en ubicar la cocina y el salón en la zona luminosa que daba al jardín, conservando la terraza, y emplazar los dormitorios en la parte más sombría. Espacios compartimentados pero con accesos amplios para evitar rincones sombríos. También se pasó de tener un baño y un aseo a un baño en suite y otro de cortesía ¡además de un vestidor!